El lama tibetano, que recibe el título de gueshela, había estado en Galicia en dos ocasiones desde 2000, para ofrecer cursos de meditación y formación budista. Tras comentar el proyecto con su discípulo vigués, Barreiro se puso manos a la obra y recorrió el sur de Galicia en la búsqueda de un paraje que pudiese albergar el monasterio.
"En 2008, encontré en esta aldea una antigua casa a la venta que cumplía los requisitos que el maestro me había trasladado: naturaleza, silencio y bajo coste", comenta. La casa dispone de 400 metros cuadrados y otros 7.000 de finca colindante. El entorno es solitario y en contacto absoluto con la naturaleza. Y, sobre todo, su precio estaba muy por debajo del de otras ofertas que habían barajado ya que, para su financiación, dependen únicamente de las donaciones privadas de los discípulos.
Desde mediados de julio, Gueshe Tenzing Tanding, que reside habitualmente en su centro de Menorca y realiza varias giras por Europa y América al año, se encuentra en Ventoselo supervisando y colaborando en las obras. Recibe a las puertas de su alojamiento temporal, dos modestos contenedores frigoríficos de más de seis metros de largo que han sido ensamblados y que albergan de manera provisional la Gompa, el recinto sagrado de culto que el maestro utiliza para sus oraciones y para recibir a sus secuaces (más de 300 en toda Galicia).
Su silueta, de aspecto fornido y cubierta por una túnica granate, es fácilmente reconocible entre el acopio de gente que colabora en las obras, entre discípulos y obreros. Durante la conversación, no deja de voltear entre sus dedos la mala, una especie de rosario que sirve para recitar mantras y "desarrollar buen corazón". "Galicia me transmite muy buena energía. Es una tierra muy espiritual y estoy seguro de que aquí vamos a poder profundizar mucho en la filosofía de Buda", afirma risueño.
En San Amaro, la llegada del monasterio budista ha sido acogida con júbilo. El alcalde se ha volcado en el proyecto, en vistas de las posibilidades que puede ofrecer a la localidad la presencia estimada de 100 personas al año en el retiro. Sus vecinos también ven con buenos ojos su construcción. "El cura ese [refiriéndose al lama] es muy generoso y los que vienen con él saludan muy amablemente", comenta una anciana de San Amaro.
La vivienda en la que están trabajando, que albergará las dependencias del maestro y de los shanga (discípulos), estará rematada en navidades. En ella, el lama tiene previsto establecer su residencia habitual de manera paulatina y traer a aprendices de monje que estudian en su monasterio de la India. Este año se han hecho con una vivienda colindante a la que está en obras para más dependencias. "También queremos levantar una nueva gompa, con capacidad para más de 400 personas", comenta Barreiro. Una obra que irá en paralelo a la edificación de una gran biblioteca que dará cobijo a los textos sagrados de la orden tibetana traídos de la India y el Nepal y que constituye una de las grandes aspiraciones del lama. "Será la más grande de Europa", afirma.
Mientras tanto, Gueshe Tenzing Tanding se mueve con soltura por el recinto del futuro monasterio y la carballeira que lo rodea. Su jornada comienza cada mañana a las cinco, para meditar y hacer las postraciones, y se declara un apasionado de la comida gallega. "Me encantan las patatas", proclama. Dos años atrás, el lama visitó el Monasterio de Oseira, en la localidad de Cea. El abad requirió su presencia para conocerle y mostrarle el convento cristiano: "Me gusta conocer otras tradiciones. Los monjes son muy respetuosos y les llamaremos para dar una conferencia". Budismo y cristianismo parecen hacer buenas migas en el corazón de O Ribeiro.