lunes, 2 de agosto de 2010

TUMMO: LA ENERGÍA INTERIOR.



Tumo o tummó (Tum mo) es una práctica del yoga tibetano cuya característica más evidente es permitir sobrevivir, sin abrigo, a bajas temperaturas.

El tummo es una enseñanza y una práctica especial de adaptación al frío y a la nieve empleada desde antaño en monasterios budistas tibetanos. .

Esta disciplina permite entonces extremar la resistencia al frío, hasta tal grado que se dice que sus practicantes pueden permanecer desnudos durante períodos prolongados en ambientes con temperaturas bajo 0 ºC, incluso a -40 ºC. (Son los llamados “respas”).

En Yoga tibetano tu-mmo significa calor interior.
Desde el punto de vista de la religión budista tibetana la disciplina puede tener una función ascética y supone que el tu-mmo se genera en una bindu ("semilla") ubicada en los chakras. Ese tummo es "prana" o “aires” que se distribuyen en el cuerpo mediante la red de nadis o canales internos. .

El tummo es una de las prácticas que se enseñan en “Los seis yogas de Naropa”, texto atribuido al místico del budismo tibetano Naropa (1016-1100 d.C.). Han escrito respecto a las prácticas del tummo: Milarepa, Alexandra David-Néel, Nicolás Roerich y el Lama Anagarika Govinda.

Pero el Tummo sirve también para estimular la circulación sanguínea y “quemar” toxinas físicas y psíquicas, pues genera un “fuego purificador”.

Hay cinco series básicas para generar Tummo y pueden aplicarse en diversas situaciones. En invierno, por ejemplo, en nuestro centro “Cuerpo-Mente” utilizamos Tummo antes de iniciar los ejercicios de yoga tibetano y meditación.

En otros ejercicios se utilizan ciertas visualizaciones, el control respiratorio y algunos movimientos especiales, cómo irás aprendiendo poco a poco.

TÉCNICA:

En pie, brazos y cuerpo relajados. Comenzamos a golpear rítmicamente encima del pubis y en la zona sacro-coccígea, por delante con la base de la palma de la mano y por detrás con el dorso (nudillos). Los brazos estarán sueltos y relajados. La mente centrada en la respiración y el movimiento. Inhalamos por la nariz al elevar los brazos y al golpear exhalamos también por la nariz. En ciertos casos se puede respirar por la boca. Son respiraciones cortas y rápidas, aproximadamente 2 respiraciones por segundo (120 por minuto). En ciertos casos se puede llegar a 180 respiraciones por minuto.

Cuando llevamos realizando este ejercicio tres a cinco minutos (en casos especiales hasta 15 minutos) pasamos a la segunda fase del mismo, que consiste en flexionar un poco las piernas (al bajar inhalamos) y al subir golpeamos con la palma de la mano el deltoides y con el dorso de la otra mano debajo del omóplato, siguiendo la misma secuencia respiratoria (bajar – inhalar y subir-exhalar). Después de otros cinco minutos (o más) volvemos a la primera fase (encima del pubis – cóccix). Podemos repetir dos o tres secuencias si hace falta.